CREPÚSCULO

4 febrero 2009 at 19:32 (peliculas) (, )

Hace un mes, por las fechas de navidad fui a ver una película en el cine, Crepúsculo, al entrar en la sala no sabía nada sobre ella, ni el tema, ni los actores que aparecían, nada.

edward i bellaAl salir me enamoré del protagonista, pero no del actor si no de la persona a la que representa. Supongo que será la edad, no sé. Pero al día siguiente fui a la librería para comprarme el primer libro de la saga (compuesta por cuatro libros), lo tuve leído en menos de una semana, y es que realmente no podía parar de leer, al llegar en casa sólo podía pensar en abrir la página donde estaba el punto de lectura. Al leer me sumergía completamente en la historia, no tenía noción del tiempo y nunca tenía suficiente, quería saber más y más. Con los otros tres libros que le siguen, Luna nueva, Eclipse y Amanecer, me ha pasado exactamente lo mismo. Creo que nunca volveré a encontrar unos libros que me hechicen de esta manera.

 

La verdad es que me sorprende lo obsesionada que he llegado a estar por esta saga, pero es inevitable, por lo que he leído, son unas novelas adolescentes y la autora trata temas que gustan mucho a las chicas de esta edad. En el libro se describe al chico perfecto, ideal y sin ningún defecto (Edward Cullen). También llama la atención la manera en que la autora describe cada una de las sensaciones que sufre la protagonista, Bella Swan, supongo que también influye el hecho que, el libro está escrito en primera persona, esto te hace entrar aún más en la piel de los chicos.

Recomiendo a todo el mundo de leer estos libros, aunque hayáis visto la película. El libro es mucho más completo y si la película os ha gustado, el libro os enamorará.

 

Ahora os dejo con una cita del primer tomo, Crepúsculo:edward cullen

– Ya conoces mis sentimientos, por supuesto. Estoy aquí, lo que, burdamente traducido, significa que preferiría morir antes que alejarme de ti -hice una mueca-. Soy idiota.

– Eres idiota -aceptó con una sonrisa.

Nuestras miradas se encontraron y también me reí. Nos reímos juntos de lo absurdo y estúpido de la situación.

– Y de ese modo el león se enamoró de la oveja… -murmuró. Desvié la vista para ocultar mis ojos mientras me estremecía al oírle pronunciar la palabra.

– ¡Qué oveja tan estúpida! -musité.

– ¡Qué león tan morboso y masoquista!

 

Helena

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